SER MAYOR RURAL: LA SITUACIÓN DE PARTIDA


Como es sabido, la estructura de la población en Castilla y León se caracteriza por una gran fragilidad demográfica y del tejido social. La población se encuentra concentrada en las capitales de provincia, aunque los municipios de menos de 2000 habitantes representan el 94% sobre el total de localidades de Castilla y León. Esto es, de los 2.248 municipios de la Comunidad Autónoma, 2122 tienen una población igual o inferior a 2000 habitantes.

 
Cifras oficiales de población resultantes de la revisión del Padrón municipal a 1 de enero. INE 2018
Además del elevado nº de municipios y la dispersión poblacional que conlleva, con las mayores cargas para afrontar los servicios necesarios, la estructura poblacional de Castilla y León se explica a través de dos procesos: el envejecimiento y la dependencia.
La tasa de dependencia en Castilla y León, que mide la relación entre la población dependiente y la productiva, es superior a la media española, situándose en el 54,99%. Sin embargo y como ilustra la gráfica inferior, la tasa se dispara en los municipios de menor tamaño, llegando al 86%, 77% y 62%, en los menores de 101 habitantes, hasta 500 y hasta 1000 habitantes, respectivamente.

 
Datos del INE. Censo de Población y Viviendas del año 2011. (INE 2018). Elaboración propia.
El envejecimiento de la población, medido como la cantidad de personas mayores de 65 años, sobre el total de la población, se sitúa en Castilla y León en el 22,46%, lo que equivale, prácticamente, a que un cuarto de la población de la Comunidad es mayor de 65 años.
Este envejecimiento es también más acusado, en los municipios de menor tamaño, como ilustra la gráfica siguiente:
 
Datos del INE. Censo de Población y Viviendas del año 2011.. (INE 2018). Elaboración propia.
En los municipios de menos de 2000 habitantes, residen el 37 % de todos los mayores de Castilla y León, esto es 209.640 personas. (Ver tabla inferior)
 
Datos del INE. Censo de Población y Viviendas del año 2011.. (INE 2018). Elaboración propia.

Envejecimiento activo en Castilla y León
El envejecimiento activo alude a la situación en la que las personas mayores continúan participando en el mercado laboral formal e involucrados en otras actividades productivas no remuneradas y llevan una vida en salud, independiente y segura a medida que envejecen.
El cálculo de este índice se realiza a través de cuatro dimensiones que agrupan 22 indicadores, y cada dimensión tiene un peso porcentual en el índice. De esta forma, las dimensiones son empleo (con un peso del 35 por ciento), participación social (del 35), vida independiente, saludable y segura (con 10) y capacidad y entornos apropiados (con 20 por ciento).
Según la Consejería de familia e Igualdad de Oportunidades, la Comunidad supera, en todas las dimensiones analizadas (a través de un estudio realizado por la Consejería) los valores medios alcanzados por España y supera la media de la Unión Europea en las dimensiones de participación social, vida independiente y capacidad y entornos apropiados.
Sin embargo estos índices se elevan, según decrece el nº de habitantes de los municipios y la edad de los mayores, ya que están contabilizados, en este estudio las personas, a partir de los 55 años.
Segregación Intergeneracional
Los cambios que se han producido en nuestro medio rural, afectan también a las relaciones sociales e interpersonales. La estabilidad de los vínculos que antaño se generaban en las  principales instituciones (la familia, instituciones religiosas, sociales, las estructuras de clase...) se ha modificado, afectando de manera clave a nuestra forma de  relacionarnos.
Entre otros cambios sociales, nuestros estilos de vida acelerados, nuestra evolución hacia el hogar unifamiliar, etc. han fomentado una  creciente segregación entre generaciones
Los programas intergeneracionales son además, un modo de afrontar algunos de los cambios demográficos señalados, por cuanto preservan y activan la participación de las personas mayores, ofreciendo la posibilidad de ejercer una ciudadanía activa y aportar su experiencia, de valor incalculable, para beneficio de todos. Hay estudios que demuestran[1] que los programas que promueven las relaciones entre individuos de diferentes generaciones mejoran el bienestar, psicológico, físico y social de las personas mayores: mejora su autoestima y la capacidad para hacer frente a determinados problemas.
En definitiva, los programas intergeneracionales son una excelente herramienta, muy poco desarrollada, en los pequeños municipios de Castilla y León, para el envejecimiento activo y reportan beneficios, no sólo a los mayores, sino al conjunto de la comunidad, ya que persiguen, a través del intercambio de experiencias, beneficios tanto individuales como sociales, culturales y económicos, proporcionando oportunidades para disfrutar y beneficiarse de la riqueza que conlleva, el encuentro entre diferentes singularidades.
Características a tener en cuenta:
RELACIÓN, COOPERACIÓN, INTERCAMBIO
PARTICIPACIÓN, EXPERIENCIA
El programa que proponemos va más allá de juntar a personas de distintas edades o generaciones: implica interacción e influencia mutua
Implican una participación activa, ya que es el carácter experiencial de los programas lo que facilita que el intercambio de conocimiento sea significativo
FINALIDAD ESPECÍFICA
COMPETENCIAS,
DESARROLLO COMUNITARIO
Tienen la intención de provocar un cambio y por tanto, no deben confundirse con situaciones surgidas de manera fortuita, requieren de una cierta planificación.
Generan valor tanto para las personas que participan en ellos como para la comunidad en la que viven. El aprendizaje que suponen permite el desarrollo de competencias básicas , integrando capacidades, habilidades, conocimientos y valores,  que activan la
ciudadanía responsable
La situación expuesta:
                     El envejecimiento de la población rural en Castilla y León, particularmente en los municipios de menos de 2000 habitantes.
                     Las oportunidades para el “envejecimiento activo decrecen al disminuir el nº de habitantes de los municipios.
                     El cambio en los modos de vida en el medio rural, están provocando una segregación entre generaciones.
Justifica la necesidad de afrontar estrategias y acciones para ofrecer oportunidades de “envejecimiento activo, al numeroso colectivo de mayores, en los municipios de menos de 2000 habitantes, que:
                     Se adapten a la dispersión poblacional y a las especiales características del medio rural.
                     Ofrezcan oportunidades para el envejecimiento activo, que beneficien al conjunto de la sociedad rural, aumentando la solidaridad y la cohesión social y facilitan la inclusión de todas las generaciones.
                     Promuevan la relación entre generaciones con metodologías y dinámicas innovadoras.




En este contexto, los programas intergeneracionales ofrecen oportunidades para que las generaciones mayores y las más jóvenes se relacionen, aumentan la solidaridad y la cohesión social y facilitan la inclusión de todas las generaciones.



[1] LOS BENEFICIOS DE LOS PROGRAMAS INTERGENERACIONALES DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS PROFESIONALES. Marta Gutiérrez Sánchez. Universidad de Murcia

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